
CONOCE EL CORTIJO, LOS CORTIJEROS Y SUS CHIRINGUITOS.
En España, llevamos 40 años de alternancia del PP y el PSOE en el gobierno .
Veamos donde radica ese éxito y como lo logran.
La premisa básica, de ambos, siempre ha sido la misma, la división social, sus derechas e izquierdas, sus rojos y azules, acompañándolas de temas recurrentes en cartera y con el que se afanan por mantener entre sus correligionarios prietas las filas.
Todo ello, viene aderezado, por los medios de difusión afines. El cortijo, es una naranja partida en dos, con twitteros ingeniosos y ávidos por mantener la llama encendida y de llamaradas en momentos cumbre. Cada media naranja, debe estar enclaustrada, no debe moverse, ni un solo gajo, ni un ápice. No debe importar, ni desgobiernos , ni corruptelas, ni el endeudamiento público hasta las cejas, todo debe suplirse, con el “ tú más “ y con “los otros, estaríamos peor”.
Este éxito rotundo se plasma en una mayoría que con una pinza en la nariz y mirando para otro lado, acude a las urnas.
Los dueños del cortijo, han tejido una tela de araña, que afecta a todos los ámbitos de la sociedad. El presidente Aznar, hablaba en privado catalán. Si hay que pedirle tranquilidad a Bárcenas, el Sr. M punto Rajoy se la pide. Si hay que bloquear el Consejo General del Poder Judicial, se bloquea. Si hay que hacer lo mismo con el Constitucional, se hace. Si tenemos que gobernar con el apoyo, la anuencia y la cesión a Bildu o ERC, etc. se hace. Y si hay Gurtel, ERTES… los otros también tienen.
Si hay indultos, todo sea por la convivencia. Si no cabemos en la mesa del consejo de ministros, todo sea por la estabilidad. Si se van millones por el sumidero, nos endeudamos. Lo importante que la rueda siga rodando y sigamos montados en el carro.
Los cortijeros tienen las puertas giratorias siempre bien engrasadas, es la agencia de colocación de sus primeros espadas, es importante tengan un letargo perenne.
El resto no debe preocuparse, para los mozos de estoque y demás tribu de palmeros, tienen un sinfín de chiringuitos con el que cubrirán todas sus necesidades.
En cuanto a los medios de difusión, incluidos los digitales, tranquilos, os tienen en cuenta, sois muy importantes para el relato de la vida en el cortijo, siempre que diferenciéis el rojo del azul y le deis caña al mono, pero claro, siempre al mismo lado.
Es recomendable y aconsejable que no dejéis que levante la cabecita cualquier otro partido, hay que evitar que crezcan, darle fuerte y con saña, os lo agradecerán.
Aparte de este éxito indiscutible, los cortijeros, han sido incapaces en 40 años de consensuar una Ley para la Educación. Han enterrado a Montesquieu, incluso sin funeral.
La financiación autonómica sigue siendo algo recurrente, pero no la toquemos, no vaya a ser que nos salga un grano. De la Ley Electoral, que no es igualitaria ni justa ni representativa, no hablemos ¡no la liemos! que los retazos nos los llevamos los cortijeros, no faltaba más.
Este éxito cortijero se estudiará en los libros de historia, han conseguido, que ni corruptelas, ni chiringuitos, ni desgobiernos, ni errores múltiples, se tengan en cuenta. La soberanía popular, maleable en gran parte, encasillada y a piñón fijo acude a las urnas. Es una delegación tácita de la soberanía popular en los cortijeros.
Al centro político, al liberalismo, a Ciudadanos, se nos dio la oportunidad de cogobernar comunidades autónomas y municipios. Se hizo y se sigue haciendo con transparencia, sin casos de corruptelas y con buena gestión.
Eso si, mientras nos dedicamos a la administración de lo público, los cortijeros, sobre todo los próximos en la co-gobernanza ,nos colocaban cargas de profundidad y sus medios afines, nos bombardeaban por tierra, mar y aire. Nos ha quedado claro, el cortijo es suyo y hay que aglutinar el voto en torno al cortijero, ¡que osadía la nuestra!. Ellos son los que saben y deben gobernar, lo han demostrado tantas veces.
En una democracia representativa, el futuro está a expensas de como ejerzamos la soberanía. Es un análisis que debemos hacer de forma individual, así tendremos una percepción real, de la influencia del entorno mediático, sobre nuestra decisión en las urnas.
El encasillamiento político – social es una realidad.
Es lo que denominamos, el traspaso de la soberanía por parte de muchos a los cortijeros. Por eso, quejas ninguna. Tenemos lo que votamos.
La esperanza del cortijo, radica en que esa gran mayoría, encasillada y que va a piñón fijo a las urnas, libere su voto.
El día, que ese voto soberano dependiente, cedido a cambio de nada y sine die, recupere la imparcialidad, los cortijeros, se verán obligados a cambiar sus hábitos de actuación.
Por eso, seamos libres de pensamiento Recuperemos nuestra soberanía. Un pueblo soberano, siempre será dueño de su destino.
